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Cлово "ALMA"


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1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro VI. Un religioso ruso. Capitulo II. Biografía del starets Zósimo, que descansa en el señor, escrita, según sus propias palabras, por Alexei Fiodorovitch Karamazov
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2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Capítulo III. La cebolla
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3. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo III
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4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo VI. El informe de la acusación
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5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Cantulo IV. Las bodas de Caná
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6. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Primera parte. Capítulo X
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7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro primero. Historia de una familia. Capitulo IV. El tercer hijo: Aliocha
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8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XI. Iván Fiodorovitch. Capitulo IX. El diablo. Visiones de Ivan Fiodorovitch
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9. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIII. Un sofista
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10. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo primero
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11. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro primero. Historia de una familia. Capitulo V. Los "startsy"
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12. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XI. Iván Fiodorovitch. Capítulo IV. El himno y el secreto
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13. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capitulo VI
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14. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo III. Las mujeres creyentes
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15. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток)
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16. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo II
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17. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro IX. La instrucción preparatoria. Capitulo III. Las tribulaciones de un alma. Primera tribulación
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18. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro V. Pro y contra. Capítulo primero. Los esponsales
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19. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Sexta parte. Capitulo V
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20. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Primera parte. Capítulo IX
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21. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo VIII
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22. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro V. Pro y contra. Capitulo VII. Da gusto conversar con un hombre inteligente
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23. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Segunda parte. Capítulo V
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24. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo IX
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25. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro V. Pro y contra. Capitulo V. "El gran inquisidor"
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26. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro IV. Escenas. Capítulo VII. Al aire libre
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27. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo VI. Por qué existirá semejante hombre?
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28. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Tercera parte. Capitulo V
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29. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo IV
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30. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo VII
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31. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Capítulo primero. El olor nauseabundo
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32. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo V
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33. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro IX. La instrucción preparatoria. Capitulo VII. El gran secreto de Mitia
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34. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VIII. Mitia. Capitulo III. Las minas de oro
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35. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro III. Los sensuales. Capítulo V. Confesión de un corazón ardiente. La cabeza baja
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36. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Primera parte. Capitulo IV
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37. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capítulo VII. Un seminarista ambicioso
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38. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo IV. Una dama de poca fe
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39. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro IV. Escenas. Capitulo primero. El padre Theraponte
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40. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VIII. Mitia. Capitulo VI. Aquí estoy yo!
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41. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Segunda parte. Capítulo primero
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42. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro IX. La instrucción preparatoria. Capítulo primero. Llos comienzos del funcionario Perkhotine
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43. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Segunda parte. Capítulo IV
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44. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Primera parte. Capítulo VI
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45. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Capitulo II. El momento decisivo
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46. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Notas
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47. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro V. Pro y contra. Capitulo IV. Rebeldía
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48. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Segunda parte. Capítulo VIII
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49. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Primera parte. Capitulo V
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50. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro III. Los sensuales. Capitulo IV. Confesión de un corazón ardiente. Anécdotas
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1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro VI. Un religioso ruso. Capitulo II. Biografía del starets Zósimo, que descansa en el señor, escrita, según sus propias palabras, por Alexei Fiodorovitch Karamazov
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Часть текста: una instrucción que no posee, y lo hace desdeñando los usos antiguos y avergonzándose de la fe de sus padres. Va a casa de los príncipes, aunque no es más que un mujik depravado. El pueblo ha perdido la moral por efecto del alcohol y no puede dejar este vicio. Cuántas crueldades han de sufrir las esposas y los hijos por culpa de la bebida! Yo he visto en las fábricas niños de nueve años, débiles, atrofiados, hundido el pecho y ya corrompidos. Un local asfixiante, el fragor de las máquinas, el trabajo incesante, la obscenidad, las bebidas... Es esto lo que conviene al alma de un muchacho? El niño necesita sol, los juegos propios de su edad, buenos ejemplos y un poco de simpatía. Es preciso que esto termine. Religiosos, hermanos míos, hay que poner fin a los sufrimientos de los niños. Orad para que así sea. Pero Dios salvará a Rusia, pues el bajo pueblo, aunque pervertido y agrupado en torno al pecado, sabe que el pecado repugna a Dios y se siente culpable ante Él. Así, nuestro pueblo no ha cesado de creer en la verdad: admite a Dios y derrama ante Él lá rimas de ternura. No ocurre lo mismo entre los...
2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Capítulo III. La cebolla
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Часть текста: de Morozov vigilara su conducta. Pero esta vigilancia fue muy pronto inútil, ya que la viuda no veía casi nunca a Gruchegnka; de aquí que dejase de importunarla con su espionaje. Cuatro años habían transcurrido ya desde que el viejo había sacado de la capital del distrito a aquella muchacha de dieciocho años, tímida, delicada, flacucha, pensativa y triste, y desde entonces había pasado mucha agua por debajo de los puentes. En nuestra ciudad no se sabía nada de ella con exactitud,y siguió sin saberse, a pesar de que muchos empezaron a interesarse por la espléndida belleza de la mujer en que se había convertido Agrafena Alejandrovna. Se contaba que a los diecisiete años había sido seducida por un oficial que la había abandonado en seguida para casarse, dejando a la desgraciada con su vergüenza y su miseria. También se decía que Gruchegnka procedía de una familia honorable y de profundo espíritu religioso. Era hija de un diácono que no ejercía, o algo parecido. En cuatro años, la desgraciada, timida y enfermiza se había convertido en una belleza rusa, espléndida y sonrosada; en una persona de carácter enérgico, altivo, audaz; en una mujer avara y astuta que manejaba con habilidad el dinero y había conseguido reunir cierto capital con más o menos escrúpulos. De lo que no había ninguna duda era de que Gruchegnka se mantenía...
3. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo III
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Часть текста: en todo mi ser la cercanía de la curación. Todos estos menudos detalles no valdrían quizá la pena de ser anotados, pero entonces sobrevino una serie de días en los cuales no se produjo nada de particular, y que, no obstante, han permanecido todos en mi memoria como algo tranquilo y gozoso: es una rareza en mis recuerdos. De momento, no hablaré de mi estado mental; si el lector supiese en qué consistía, no querría creerlo. Conviene más que esto resalte más tarde por los hechos. Mientras tanto, diré solamente esto: que el lector se acuerde de un alma de araña (118). Y de esto, de la habitación desde la que quería abandonarlos y, con ellos, al mundo entero, en nombre de "la belleza". El anhelo de belleza estaba en su colmo, eso era una gran verdad, pero la forma en que pudo aliarse con otros anhelos, y cuáles!, es para mí un misterio. Eso siempre ha sido un misterio, y mil veces me he asombrado de esta facultad que tiene el hombre (y, creo, por excelencia el hombre ruso) de mecer su corazón a una altura sublime y junto a la peor bajeza, y siempre con una absoluta sinceridad. Sobre si esta famosa amplitud de espíritu del ruso, que lo conducirá lejos, es eso, amplitud de espíritu, o si es sencillamente bajeza, la cuestión...
4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo VI. El informe de la acusación
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Часть текста: Incluso las damas, generalmente hostiles a Hipólito Kirillovitch, admitieron que había causado excelente impresión. Empezó con cierta inseguridad, pero su voz se afirmó muy pronto y se hizo tan potente que llegó incluso al rincón más apartado de la sala. Pero apenas terminó, estuvo a punto de desvanecerse. Éste fue su discurso: -Señores del jurado: este asunto ha tenido resonancia en toda Rusia. Pero, bien mirado, no hay razón para que nos sorprendamos ni nos asustemos. Acaso no estamos habituados a estos hechos? Ya casi no nos conmueven. Lo que nos debe inquietar es esta indiferencia y no la perversidad de tal o cual individuo. A qué se debe que permanezcamos poco menos que insensibles ante estos hechos que nos presagian un sombrío porvenir? Hay que atribuir esta indiferencia a la osadía, al agotamiento prematuro de la inteligencia y la imaginación de nuestra sociedad, joven todavía, pero ya débil; al relajamiento de nuestros principios morales o la ausencia total de tales principios? Dejo sin contestar estas preguntas que requieren la atención de todos los ciudadanos. Nuestra prensa, pese a su timidez,...
5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Cantulo IV. Las bodas de Caná
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Часть текста: puerta y entró en la celda donde estaba el cuerpo del starets en su ataúd. Sólo había una persona en la celda: el padre Paisius, que leía los Evangelios junto al cadáver. Porfirio, el joven novicio, agotado por la conferencia de la noche anterior y las emociones de la jornada, dormía con el sueño profundo de la juventud echado en el suelo de la habitación vecina. El padre Paisius había oído entrar a Aliocha, pero ni siquiera volvió la cabeza. Aliocha se arrodilló en un rincón y empezó a rezar. Su alma estaba llena de sensaciones confusas que se perseguían unas a otras con una especie de movimiento giratorio uniforme. Experimentaba un extraño sentimiento de bienestar, que no le causaba ningún asombro. Contempló una vez más el cadáver de su querido starets , pero ya no sentía el pesar doloroso y sin consuelo que le había oprimido por la mañana. Al entrar, había caído de rodillas ante el féretro como se habría arrodillado ante un altar. Sin embargo, su alma estaba rebosante de alegría. Por la ventana abierta entraba un aire fresco. Aliocha pensó: "Han abierto la ventana porque el hedor ha aumentado." Pero la idea de la corrupción ya no lo inquietaba ni lo irritaba. Oraba dulcemente. Pronto advirtió que lo hacía de un modo maquinal. En su cerebro surgían fragmentos de ideas semejantes a fuegos fatuos. En cambio, en su alma reinaba una certidumbre, una pasión de la que se daba perfecta cuenta. Oraba fervorosamente, lleno de gratitud y amor,...
6. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Primera parte. Capítulo X
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Часть текста: y se dejó caer en la butaca. Mi madre y él estaban allí seguramente desde hacía algún tiempo. Su rostro estaba tenso y preocupado. -Lo que más lamento - le explicaba lentamente a Vassine, continuando sin duda la conversación comenzada - es no haber podido arreglar todo eso ayer tarde. Esta terrible historia no habría sucedido sin duda! Apenas ella se escapó de mi casa, decidí por mi parte seguirla hasta aquí y sacarla de su error, pero ese asunto imprevisto y urgente, que además habría podido muy bien aplazar hasta hoy... a incluso durante una semana, ese lamentable asunto ha impedido todo y todo lo ha estropeado. Las cosas que pasan! -Tal vez no hubiera usted conseguido convencerla. Aparte de usted, había ya mucho rencor acumulado - observó incidentalmente ~ Vassine. -No, yo habría triunfado. Seguramente habría triunfado. Tenía incluso una idea en la cabeza, enviar en mi lugar a Sofía Andreievna. La idea me atravesó el espíritu, pero no hizo más que atravesarlo. Sofía Andreievna habría triunfado y la desgraciada estaría todavía viva. No, jamás me meteré... en "buenas acciones..." Para una vez que me he metido! Y yo que pensaba que era aún de mi tiempo, y que comprendía a la juventud moderna! Sí, vuestros viejos cerebros ...
7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro primero. Historia de una familia. Capitulo IV. El tercer hijo: Aliocha
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Часть текста: era sencillamente un filántropo precoz y que había adoptado la vida monástica porque era lo único que entonces le atraía, y porque representaba para él la ascensión radiante de su alma liberada de las tinieblas y de los odios de aquí abajo. Aquel camino le atraía únicamente porque había hallado en él a un ser excepcional a su juicio, el famoso starets Zósimo, al que se entregó con todo el fervor insaciable de su corazón de novicio. Desde la cuna se había mostrado como un ser distinto a los demás. Ya he dicho que habiendo perdido a su madre a los cuatro años, se acordó toda su vida de su rostro y de sus caricias como se recuerdan "los de un ser viviente". Estos recuerdos pueden persistir (todos lo sabemos), aunque procedan de una edad más temprana, pero son tan sólo como puntos luminosos en las tinieblas, como fragmentos de un inmenso cuadro desaparecido. Éste era el caso de Aliocha. Se acordaba de un bello atardecer estival en que por la abierta ventana penetraban los rayos oblicuos del sol poniente. En un rincón de la estancia había una imagen con una vela encendida, y ante la imagen estaba su madre, arrodillada, gimiendo y sollozando violentamente, como en una crisis de nervios. La infeliz lo tenía en brazos, lo estrechaba en ellos hasta casi ahogarlo y rogaba por él a la Santa Virgen. ...
8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XI. Iván Fiodorovitch. Capitulo IX. El diablo. Visiones de Ivan Fiodorovitch
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Часть текста: decisivos en que debía obrar y hablar resueltamente, "justificándose a sus propios ojos". Había visitado al médico traído de Moscú por Catalina Ivanovna. Éste, después de escucharlo y reconocerlo, diagnosticó un trastorno cerebral, y no se sorprendió de cierta confesión que el paciente le hizo contra su voluntad. -Las alucinaciones -dijo el doctor- son muy posibles en su estado, pero hay que controlarlas. Además, debe cuidarse mucho. De lo contrario, se agravará. Pero Iván Fiodorovitch desoyó este prudente consejo. "Todavía tengo fuerzas para andar -se dijo-. Cuando caiga, que me cuide quien quiera." Dándose cuenta, aunque de un modo vago, de que sufría una alucinación, miraba con obstinada fijeza aquello que estaba en el diván de enfrente. Era un hombre que había aparecido de pronto. Sólo Dios sabía cómo y por dónde había entrado, pues no estaba allí al llegar Iván después de su visita a Smerdiakov. Era un señor, un caballero ruso qui frisait la cinquantaine, de cabello largo y espeso que empezaba a encanecer y barba puntiaguda. Llevaba una chaqueta de color castaño, de buen corte, pero anticuada: hacia tres años que había pasado de moda. La camisa blanca, su largo pañuelo de seda, y todo en él hacía pensar en el hombre distinguido y elegante. Pero la camisa, vista de cerca, no aparecía tan limpia como vista a distancia, y el pañuelo estaba bastante desgastado por el uso. El pantalón a cuadros le sentaba bien, pero era demasiado claro y estrecho, o sea pasado también de moda. Lo mismo podía decirse de su sombrero de fieltro, blanco a pesar de la estación....
9. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIII. Un sofista
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Часть текста: asunto cuando consideramos los hechos aisladamente, no mantendrían una actitud acusadora o, por lo menos, vacilarían en condenar a un hombre exclusivamente porque ocupe, con sobrados motivos, por cierto, el banquillo de los acusados. Pero estamos en presencia de un parricida. Esta palabra impone de tal modo, que fortalece, incluso en el ánimo más objetivo, los puntos fundamentales de la acusación. Cómo perdonar a un hombre de un crimen tan horrendo? Si fuera verdaderamente culpable y quedara sin castigo... Éste es el sentimiento instintivo de todos. En verdad, es algo espantoso matar a un padre, al hombre que nos ha engendrado y amado, que no ha rehuido ningún sacrificio por nosotros, que nos ha atendido con angustia en las enfermedades de nuestra infancia, que ha sufridc para darnos la felicidad y sólo ha vivido para nuestras alegrías y nuestros éxitos. No, no se concibe que se pueda asesinar a un padre así. Señores del jurado, qué grandeza encierrá la palabra padre cuando se trata de un padre verdadero! Acabamos de dar una idea de lo que es un verdadero padre. Pero en nuestro caso, en este doloroso asunto, tenemos un padre, Fiodor Pavlovitch Karamazov, que no se...
10. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo primero
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Часть текста: resulta imposible escapar, a pesar de todos mis deseos. Lo que, sobre todo, me apena es que, al contar con tanto fuego mis propias aventuras, de rechazo doy motivos para creer que sigo siendo lo que era entonces. El lector se acuerda por otra parte de que he exclamado más de una vez: "Ah, si se pudiera cambiar el pasado y volver a empezar todo de nuevo! " Yo no habría podído lanzar esta exclamación si no estuviese ahora radicalmente cambiado, si no me hubiese convertido en un hombre completamente distinto. Es demasiado obvio; si solamente fuera posible hacerse una idea de hasta qué punto rne fastidian todas estas excusas y estos prefacios que me veo obligado a insertar en todo instante, en mitad mismo de mis notas! Al grano! Después de nueve días de inconsciencia, volví en mi, resucitado, pero no corregido; mi renacimiento era por lo demás estúpido, si se le toma en un sentido amplio, y quizá, si eso sucediera hoy, ocurriría de una manera muy distinta. La idea, es decir, el sentimiento, consistía una vez más únicamente (como millares de veces antes) en abandonarlos de verdad, pero en absoluto, y no como antes, cuando me había propuesto mil veces esa resolución sin llegar nunca a ejecutarla. Yo no quería vengarme de nadie, doy mi palabra de honor, aunque tuviese motivos para quejarme de todos. Me preparaba a marchar sin disgusto, sin maldiciones, pero quería mi fuerza para mí, fuerza verdadera esta vez, independiente de...