Поиск по творчеству и критике
Cлово "JURADO"


А Б В Г Д Е Ж З И Й К Л М Н О П Р С Т У Ф Х Ц Ч Ш Щ Э Ю Я
0-9 A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
Поиск  
1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIII. Un sofista
Входимость: 13. Размер: 21кб.
2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIV. El jurado se mantiene firme
Входимость: 13. Размер: 17кб.
3. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo IX. La troika desenfrenada
Входимость: 10. Размер: 30кб.
4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. capítulo XII. No hubo asesinato
Входимость: 10. Размер: 22кб.
5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo XI. Ni dinero ni robo
Входимость: 6. Размер: 17кб.
6. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo VIII. Disertación sobre Smerdiakov
Входимость: 4. Размер: 26кб.
7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo X. La defensa. Un arma de dos filos
Входимость: 3. Размер: 11кб.
8. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток)
Входимость: 2. Размер: 51кб.
9. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo VI. El informe de la acusación
Входимость: 2. Размер: 24кб.
10. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo primero. El día fatal
Входимость: 2. Размер: 16кб.
11. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Sexta parte. Capitulo IV
Входимость: 1. Размер: 30кб.
12. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Tercera parte. Libro VII. Aliocha. Capítulo III. La cebolla
Входимость: 1. Размер: 42кб.
13. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Primera parte. Capítulo VI
Входимость: 1. Размер: 70кб.
14. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo VII. Resumen histórico
Входимость: 1. Размер: 13кб.
15. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Segunda parte. Libro V. Pro y contra. Capitulo IV. Rebeldía
Входимость: 1. Размер: 30кб.
16. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro II. Una reunión fuera de lugar. Capitulo V. Así sea!
Входимость: 1. Размер: 24кб.
17. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Tercera parte. Capitulo I
Входимость: 1. Размер: 38кб.
18. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Sexta parte. Capitulo III
Входимость: 1. Размер: 26кб.
19. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo II
Входимость: 1. Размер: 56кб.
20. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы)
Входимость: 1. Размер: 9кб.

Примерный текст на первых найденных страницах

1. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIII. Un sofista
Входимость: 13. Размер: 21кб.
Часть текста: tan horrendo? Si fuera verdaderamente culpable y quedara sin castigo... Éste es el sentimiento instintivo de todos. En verdad, es algo espantoso matar a un padre, al hombre que nos ha engendrado y amado, que no ha rehuido ningún sacrificio por nosotros, que nos ha atendido con angustia en las enfermedades de nuestra infancia, que ha sufridc para darnos la felicidad y sólo ha vivido para nuestras alegrías y nuestros éxitos. No, no se concibe que se pueda asesinar a un padre así. Señores del jurado, qué grandeza encierrá la palabra padre cuando se trata de un padre verdadero! Acabamos de dar una idea de lo que es un verdadero padre. Pero en nuestro caso, en este doloroso asunto, tenemos un padre, Fiodor Pavlovitch Karamazov, que no se parecía en nada al que acabo de describir. Pues hay ciertos padres que son una verdadera vergüenza. Analicemos las cosa, átentamente; no debemos detenernos ante nada, en vista de la gravedad de la decisión que hemos de tomar. No debemos tener miedo ni eludir ciertas ideas, "como si fuéramos niños o débiles mujeres", según la feliz expresión del eminente representante del ministerio...
2. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo XIV. El jurado se mantiene firme
Входимость: 13. Размер: 17кб.
Часть текста: mujeres lloraban; también derramaban lágrimas algunos hombres, entre ellos los dignatarios. El presidente se resignó y esperó unos momentos para hacer sonar la campanilla. Ante esta actitud, una de las damas comentó: -Interrumpir esta explosión de entusiasmo habría sido una profanación. Incluso el orador estaba sinceramente emocionado. Entonces se levantó Hipólito Kirillovitch para replicar. Se concentraron en él miradas de odio. -Cómo se atreve a contestar? -murmuraron las damas. Pero ni estos rumores ni los de todas las damas del mundo, sin excluir a su esposa, habrían podido contener al fiscal. Estaba pálido y temblaba de emoción. Sus primeras palabras fueron incomprensibles. Jadeaba, se le trababa la lengua, no conseguía expresarse con claridad. Pero este segundo discurso fue breve. Me limitaré a citar algunos de sus párrafos. -... Se me acusa de que en mi discurso hay mucho de novela; pero acaso no peca de lo mismo el informe del abogado defensor? Sólo le ha faltado hablar en verso. Fiodor Pavlovitch, mientras espera a su amada, rasga el sobre y lo arroja al suelo. La defensa incluso cita las palabras que el viejo pronuncia en este momento. No es esto un poema? Qué prueba hay de que sacó el dinero? Quién oyó lo que dijo? Y ese imbécil de Smerdiakov convertidó en una especie de héroe romántico que odia a la sociedad por su condición de hijo ilegítimo, no es un poema a lo Byron? El caso del hijo que...
3. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo IX. La troika desenfrenada
Входимость: 10. Размер: 30кб.
Часть текста: todos los oradores nerviosos, los cuales procuran desenvolverse en ámbitos limitados a fin de poner freno a su fogosidad. Al llegar a este punto de su discurso, habló extensamente del primer amante, "cuyo derecho es indiscutible", y expuso una serie de ideas interesantes. Karamazov, celoso de todos hasta la ferocidad, se retira y desaparece ante el primer amante, "el indiscutible". -Esto es sumamente extraño, sobre todo si tenemos en cuenta que antes no había prestado atención al peligro que para él suponía este poderoso rival. Ello se debe a que el acusado vela este peligro como algo remoto, y a él sólo le preocupan las cosas presentes. Sin duda, lo consideraba como una cosa irreal. Pero, de pronto, comprende que el reciente engaño de su amada procede del hecho de que el nuevo rival no es un mero capricho para ella, sino toda su esperanza y toda su vida, y entonces, al comprender esto, se resigna. Señores del jurado: no puedo dejar de mencionar esta actitud inesperada de Dmitri Fiodorovitch Karamazov, que experimenta de pronto una sed de verdad, la necesidad imperiosa de respetar a la mujer amada y reconocer los derechos de su corazón, precisamente en el momento en que por ella acababa de mancharse las manos con la sangre de su padre. Verdad es que esta sangre clamaba ya venganza, que el asesino, viendo perdida su alma y...
4. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. capítulo XII. No hubo asesinato
Входимость: 10. Размер: 22кб.
Часть текста: de embriaguez que se ha presentado hoy al tribunal. "Todo sucedió tal como el acusado anunció por escrito." Pero repito que Dmitri Fiodorovitch sólo fue a casa de su padre para saber si estaba allí su amada. Esto es indudable. Si el acusado hubiera hallado a la señorita Svietlov en su propia casa, no habría dado ningún paso más. Fue a casa de Fiodor Pavlovitch sin más propósito que el de buscar a su amada, tal vez sin acordarse de la carta que había escrito. "Pero cogió una mano de mortero." Efectivamente, cogió este objeto que como ustedes saben, ha dado lugar a deducciones psicológicas. Sin embargo, acude a mi mente esta simple idea: si la mano de mortero, en vez de estar al alcance del acusado, hubiera estado guardada en uno de los armarios de la cocina, Dmitri Fiodorovitch, al no verla, habría salido de allí con las manos vacías y no habría podido agredir a nadie. Se puede deducir de esta conducta la premeditación? Ciertamente, el acusado había proferido en las tabernás amenazas de muerte contra su padre, y dos días antes del drama, la misma noche en que escribió su famosa carta, no daba muestras de excitación: sólo discutió con un empleado, " cediendo a una costumbre inveterada". A esto se puede contestar que si el acusado hubiera tenido el propósito de matar, de cometer un crimen de acuerdo con un plan trazado por él mismo, habría evitado esta discusión y, seguramente, ni siquiera hubiese ido a la taberna. En...
5. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo XI. Ni dinero ni robo
Входимость: 6. Размер: 17кб.
Часть текста: sorprendió a todos: aquél en que el abogado negó la existencia de los tres mil rublos y, por lo tanto, la posibilidad de que se hubiera cometido el robo. -Señores del jurado, lo más sorprendente de este caso es la acusación de robo, a la vez que la imposibilidad absoluta de indicar a ciencia cierta lo que se ha robado. Se dice que han desaparecido tres mil rublos, pero nadie sabe si este dinero ha existido realmente. Juzguen ustedes. Ante todo, cómo nos hemos enterado de la existencia de esos tres mil rublos y quién los ha visto? Sólo sabemos lo que nos ha dicho el sirviente Smerdiakov: que estaban en un sobre en el que se habían escrito unas palabras. Smerdiakov habló de este sobre, antes del suceso, al acusado y a Iván Fiodorovitch. También informó a la señorita Svietlov. Pero ninguna de estas tres personas ha visto el dinero. De aquí que no podamos menos de preguntarnos: si este dinero ha existido verdaderamente, y, si Smerdiakov lo había visto, cuándo lo vio por última vez. Además, no pudo ocurrir que Fiodor Pavlovitch, sin decírselo a su criado, retirase los billetes de su cama y los volviera a guardar en la cajita donde los tenía habitualmente? Observen ustedes que, según Smerdiakov, el sobre estaba escondido debajo del colchón. Por lo tanto, el ladrón tuvo que sacarlo de allí. Sin embargo, la cama estaba intacta, según se testifica en el sumario. Cómo se explica esto? Y, sobre todo, cómo es posible que unas manos ensangrentadas se introdujeran debajo del colchón sin manchar las finas a inmaculadas sábanas que se habían puesto en la cama...
6. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo VIII. Disertación sobre Smerdiakov
Входимость: 4. Размер: 26кб.
Часть текста: volveremos a tocar este punto. El hermano menor ha declarado que no tiene ninguna prueba de la culpabilidad de Smerdiakov y que se basa únicamente en las palabras del acusado y en "la expresión de su semblante". Dos veces ha expuesto este argumento extraordinario. " La señorita Svietlov se ha expresado de un modo todavía más extraño: ha dicho que debíamos creer al acusado porque es un hombre "incapaz.de mentir" . Esto es todo lo que han alegado contra Smerdiakov estas tres personas evidentemente interesadas en la suerte del acusado. Sin embargo, la acusación contra Smerdiakov ha circulado persistentemente. Podemos, en verdad, darle crédito? Al llegar a este punto, el fiscal juzgó conveniente esbozar el carácter de Smerdiakov, del que dijo que había puesto fin a sus días en un ataque de locura. Manifestó que era un ser débil, de escasa cultura, trastornado por ideas filosóficas que no estaban a su alcance, aterrado por ciertas doctrinas modernas que le inculcaban, en la práctica, el ejemplo de la vida desordenada de Fiodor PavIovitch, su amo y tal vez su padre, y, en teoría, las...
7. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo X. La defensa. Un arma de dos filos
Входимость: 3. Размер: 11кб.
Часть текста: X. La defensa. Un arma de dos filos CAPITULO X LA DEFENSA. UN ARMA DE DOS FILOS Cuando empezó su discurso el famoso abogado, se hizo un silencio absoluto en la sala y todas las miradas se concentraron en él. Al principio se expresó con una simplicidad persuasiva, sin la menor suficiencia, sin pretensión alguna por ser elocuente ni patético. Se diría que estaba charlando con unos cuantos amigos íntimos. Tenía una voz fuerte y agradable, en la que se percibían la sinceridad y la espontaneidad. Pero todos los oyentes advirtieron al punto que podía alcanzar el grado más alto de patetismo y hacer latir los corazones con violencia extraordinaria. Hablaba menos correctamente que Hipólito Kirillovitch, pero con más precisión y frases más breves. Hubo en él algo que no gustó a las damas: el detalle de que se inclinaba, sobre todo al principio de su discurso, pero no como el que saluda a su auditorio, sino como el que se dispone a arrojarse sobre él. Su larga espalda parecía tener una bisagra en la parte central, que permitía al orador doblarse hasta casi formar un ángulo recto. Al iniciar su discurso, habló sin plan alguno, refiriendo los hechos al azar, para formar finalmente un todo. Su discurso se dividió en dos partes. La primera constituyó una crítica, una refutación al discurso del fiscal, a veces mordaz y sarcástica. En la segunda parte, el defensor cambió de tono y de actitud y se elevó repentinamente hasta alcanzar el más intenso patetismo. La sala, que parecía esperar este cambio, se estremeció de emoción. Entonces Fetiukovitch abordó francamente el asunto, diciendo...
8. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток)
Входимость: 2. Размер: 51кб.
Часть текста: que les es ajeno, y sobre todo los artificios literarios; un literato se lleva escribiendo treinta años, y al final ignora por qué ha escrito tanto tiempo. No soy literato ni quiero serlo. Arrastrar la intimidad de mi alma y una bonita descripción de mis sentimientos por el mercado literario sería a mis ojos una inconveniencia y una bajeza. Preveo no obstante, no sin disgusto, que será probablemente imposible evitar del todo las descripciones de sentimientos y las reflexiones (quizás incluso vulgares): tanto desmoraliza al hombre todo trabajo literario, hasta el emprendido únicamente para sí! Y estas reflexiones pueden aún ser muy vulgares, porque to que uno estima puede muy bien no tener valor alguno para un extraño. Pero quede diçho todo esto entre paréntesis. He aquí hecho mi prefacio: no habrá nada más por el estilo. Manos a la obra! Aunque no haya nada más embarazoso que emprender una obra, y quizás el poner manos a la obra en general. II Comienzo; es decir, querría comenzar mis memorias en la fecha del l9 de septiembre del año pasado (2), o sea precisamente el día en que por primera vez me encontré con... Pero explicar con quién me encontré, así como así, de buenas a primeras, cuando nadie sabe nada, será una vulgaridad; este tono mismo, a mi parecer, es ya vulgar: después de haberme jurado evitar los adornos literarios, he aquí que caigo en ellos desde la primera línea. Además, para escribir de manera sensata, no basta con quererlo. Haré notar también que no hay, estoy convencido, una sola lengua europea que sea tan...
9. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capitulo VI. El informe de la acusación
Входимость: 2. Размер: 24кб.
Часть текста: inesperado y un vivo interés por las cuestiones sensacionales. Lo que más cautivó a su auditorio fue su sinceridad. Creía realmente que Mitia era culpable, y no obraba solamente por cumplir su deber, sino también llevado del deseo de salvar a la sociedad. Incluso las damas, generalmente hostiles a Hipólito Kirillovitch, admitieron que había causado excelente impresión. Empezó con cierta inseguridad, pero su voz se afirmó muy pronto y se hizo tan potente que llegó incluso al rincón más apartado de la sala. Pero apenas terminó, estuvo a punto de desvanecerse. Éste fue su discurso: -Señores del jurado: este asunto ha tenido resonancia en toda Rusia. Pero, bien mirado, no hay razón para que nos sorprendamos ni nos asustemos. Acaso no estamos habituados a estos hechos? Ya casi no nos conmueven. Lo que nos debe inquietar es esta indiferencia y no la perversidad de tal o cual individuo. A qué se debe que permanezcamos poco menos que insensibles ante estos hechos que nos presagian un sombrío porvenir? Hay que atribuir esta indiferencia a la osadía, al agotamiento prematuro de la inteligencia y la imaginación de nuestra sociedad, joven todavía, pero ya débil; al relajamiento de nuestros principios morales o la ausencia total de tales principios? Dejo sin contestar estas preguntas que requieren la atención de todos los...
10. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Cuarta parte. Libro XII. Un error judicial. Capítulo primero. El día fatal
Входимость: 2. Размер: 16кб.
Часть текста: había despertado este juicio, la impaciencia con que se le esperaba, las discusiones y conjeturas que venía provocando desde hacia dos meses. No se ignoraba tampoco que el asunto era conocido en toda Rusia. Pero nadie esperaba que hubiera despertado un interés tan extraordinario fuera de nuestra localidad. Llegó gente no sólo de la capital del distrito, sino de otras ciudades, a incluso de Moscú y Petersburgo: juristas, personalidades de todas clases, damas... Las tarjetas de entrada se agotaron rápidamente. Para los visitantes de categoría se reservaron asientos, sillones detrás de la mesa del tribunal, cosa nunca vista. El elemento femenino era muy numeroso: lo menos la mitad del público estaba formado por damas. Los juristas abundaban también de tal modo, que no se sabía dónde colocarlos. Había sido necesario construir a toda prisa para ellos una especie de tribuna en el fondo de la sala, detrás del estrado. Algunos no tenían asiento, pero se felicitaban de haber podido entrar. Y lo mismo podía decirse del público que, en masa compacta, permanecía de pie en la sala,...