Поиск по творчеству и критике
Cлово "QUINTA"


А Б В Г Д Е Ж З И Й К Л М Н О П Р С Т У Ф Х Ц Ч Ш Щ Э Ю Я
0-9 A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
Поиск  
1. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo I
Входимость: 2. Размер: 49кб.
2. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo III
Входимость: 1. Размер: 42кб.
3. Dostoevsky. Il giocatore (Italian, Игрок). Capitolo 12
Входимость: 1. Размер: 30кб.
4. Dostoevsky. El jugador (Spanish. Игрок). Capítulo 12
Входимость: 1. Размер: 30кб.
5. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo V
Входимость: 1. Размер: 38кб.
6. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo III
Входимость: 1. Размер: 60кб.
7. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo II
Входимость: 1. Размер: 37кб.
8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro III. Los sensuales. Capitulo VI. Smerdiakov
Входимость: 1. Размер: 15кб.
9. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo IV
Входимость: 1. Размер: 47кб.

Примерный текст на первых найденных страницах

1. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo I
Входимость: 2. Размер: 49кб.
Часть текста: difícil reemplazar a Dunia incluso con ventaja; pero pronto volvió a ver las cosas tal como eran, y entonces lanzó un fuerte salivazo, lo que arrancó una sonrisa de burla a su joven amigo y compañero de habitación Andrés Simonovitch Lebeziatnikof. Piotr Petrovitch, que había advertido esta sonrisa, la anotó en el debe, ya bastante cargado desde hacía algún tiempo, de Andrés Simonovitch. Su cólera aumentó, y se dijo que no debió haber confiado a su compañero de hospedaje el resultado de su entrevista de la noche anterior. Era la segunda torpeza que su irritación y la necesidad de expansionarse le habían llevado a cometer. Para colmo de desdichas, el infortunio le persiguió durante toda la mañana. En el Senado tuvo un fracaso al debatirse su asunto. Un último incidente colmó su mal humor. El propietario del departamento que había alquilado con miras a su próximo matrimonio, departamento que había hecho reparar a costa suya, se negó en redondo a rescindir el contrato. Este hombre era extranjero, un obrero alemán enriquecido, y reclamaba el pago de los alquileres estipulados en el contrato de...
2. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo III
Входимость: 1. Размер: 42кб.
Часть текста: sus continuas disputas con Amalia Ivanovna... Vengo aquí para un asunto personal. Deseo hablar inmediatamente con su hijastra Sonia Simonovna. Se llama así, no es cierto? Permítame... Y Piotr Petrovitch, pasando por el lado de Catalina Ivanovna, se dirigió al extremo opuesto de la habitación, donde estaba Sonia. Catalina Ivanovna quedó clavada en el sitio, como fulminada. No comprendía por qué Piotr Petrovitch negaba que había sido huésped de su padre. Esta hospitalidad creada por su fantasía había llegado a ser para ella un artículo de fe. Por otra parte, le sorprendía el tono seco, altivo y casi desdeñoso con que le había hablado Lujine. Ante la aparición de Piotr Petrovitch se había ido restableciendo el silencio poco a poco. Aun dejando aparte que la gravedad y la corrección de aquel hombre de negocios contrastaba con el aspecto desaliñado de los inquilinos de la señora Lipevechsel, todos ellos comprendían que sólo un motivo de excepcional importancia podía justificar la presencia de Lujine en aquel lugar y, en consecuencia, esperaban un golpe teatral. Raskolnikof, que estaba al lado de Sonia, se apartó para dejar el paso libre a Piotr Petrovitch, el cual, al parecer, no advirtió su presencia. Transcurrido un instante, apareció Lebeziatnikof,...
3. Dostoevsky. Il giocatore (Italian, Игрок). Capitolo 12
Входимость: 1. Размер: 30кб.
Часть текста: verso Potapytch e Marfa che venivano dietro, brontolò: "Be', perché vi siete appiccicati a me? Non posso portarvi ogni volta! Tornate a casa! Mi basti anche tu" aggiunse rivolta a me, quando quelli, dopo essersi frettolosamente inchinati, si avviarono verso casa. Al Casinò la nonna era ormai attesa. Le fu subito liberato lo stesso posto dell'altra volta, vicino al croupier. Mi sembra che questi croupiers, sempre così composti e con l'aria di comuni impiegati ai quali è quasi perfettamente indifferente che il banco vinca o perda, non lo siano poi completamente e che, senza dubbio, siano forniti di istruzioni appropriate per attirare i giocatori e per meglio controllare l'interesse dello stato: per la qual cosa, naturalmente, ricevono ricompense e premi. Per lo meno, la nonna era già considerata una vittima. Poi, quello che i nostri supponevano, successe. Ecco come andò. La nonna si buttò difilato sullo zero e ordinò di puntare subito dodici federici alla volta. Puntammo, una, due, tre volte: lo zero non usciva. "Punta, punta!" mi diceva con impazienza, dandomi degli spintoni. Io ubbidivo. "Quante volte abbiamo già puntato?" chiese infine, facendo scricchiolare i denti dall'impazienza. "Abbiamo fatto la dodicesima, nonna, e perduto già centoquarantaquattro federici. Vi ripeto, nonna, che magari fino a questa sera..." "Taci!" mi interruppe la vecchia. "Punta sullo zero e metti sul rosso mille fiorini. To', ecco il denaro." Uscì il rosso, e lo...
4. Dostoevsky. El jugador (Spanish. Игрок). Capítulo 12
Входимость: 1. Размер: 30кб.
Часть текста: Viendo un magnífico carruaje que pasó junto a nosotros como una exhalación apenas levantó la mano y preguntó: "Qué es eso? De quién?", pero sin atender por lo visto a mi respuesta. Su ensimismamiento se veía interrumpido de continuo por gestos y estremecimientos abruptos e impacientes. Cuando ya cerca del Casino le mostré desde lejos al barón y a la baronesa de Burmerhelm, los miró abstraída y dijo con completa indiferencia: "Ah!". Se volvió de pronto a Potapych y Marfa, que venían detrás, y les dijo secamente: -Vamos a ver, por qué me venís siguiendo? No voy a traeros todas las veces! Idos a casa! Contigo me basta -añadió dirigiéndose a mí cuando los otros se apresuraron a despedirse y volvieron sobre sus pasos. En el Casino ya esperaban a la abuela. Al momento le hicieron sitio en el mismo lugar de antes, junto al crupier. Se me antoja que estos crupieres, siempre tan finos y tan empeñados en no parecer sino empleados ordinarios a quienes les da igual que la banca gane o pierda, no son en realidad indiferentes a que la banca pierda, y por supuesto reciben instrucciones para atraer jugadores y aumentar los beneficios oficiales; a este fin reciben sin duda premios y gratificaciones. Sea como fuere, miraban ya a la abuela como víctima. Acabó por suceder lo que veníamos temiendo. He aquí cómo pasó la cosa. La abuela se lanzó sin más sobre el zéro y me mandó apostar a él doce federicos de oro. Se hicieron una, dos, tres posturas... y el zéro no salió. " Haz la puesta, hazla! "-decía la abuela dándome codazos de impaciencia. Yo obedecí. -Cuántas puestas has hecho? -preguntó, rechinando los...
5. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo V
Входимость: 1. Размер: 38кб.
Часть текста: -Catalina Ivanovna ha perdido el juicio. Sonia lanzó un grito. -Por lo menos -dijo Lebeziatnikof- lo parece. Claro que... Pero es el caso que no sabemos qué hacer... Les contaré lo ocurrido. Después de marcharse ha vuelto. A mí me parece que le han pegado... Ha ido en busca del jefe de su marido y no lo ha encontrado: estaba comiendo en casa de otro general. Entonces ha ido al domicilio de ese general y ha exigido ver al jefe de su esposo, que estaba todavía a la mesa. Ya pueden ustedes figurarse lo que ha ocurrido. Naturalmente, la han echado, pero ella, según dice, ha insultado al general e incluso le ha arrojado un objeto a la cabeza. Esto es muy posible. Lo que no comprendo es que no la hayan detenido. Ahora está describiendo la escena a todo el mundo, incluso a Amalia Ivanovna, pero nadie la entiende, tanto grita y se debate... Dice que ya que todos la abandonan, cogerá a los niños y se irá con ellos a la calle a tocar el órgano y pedir limosna, mientras sus hijos cantan y bailan. Y que irá todos los días a pedir ante la casa del general, a fin de que éste vea a los niños de una familia de la nobleza, a los hijos de un funcionario, mendigando por las calles. Les pega y ellos lloran. Enseña a Lena a cantar aires populares y a los otros dos a bailar. Destroza sus ropas y les confecciona gorros de saltimbanqui. Como no tiene ningún instrumento de música, está dispuesta a llevarse una cubeta para golpearla a manera de tambor. No quiere escuchar a nadie. Ustedes no se pueden imaginar lo que es aquello. Lebeziatnikof habría seguido hablando de cosas parecidas y en el mismo tono si Sonia, que le escuchaba anhelante, no hubiera cogido de pronto su sombrero y su chal y echado a correr. Raskolnikof y Lebeziatnikof salieron tras ella. -No cabe duda de que se ha vuelto...
6. Dostoevsky. El adolecente (Spanish. Подросток). Tercera parte. Capítulo III
Входимость: 1. Размер: 60кб.
Часть текста: desde la que quería abandonarlos y, con ellos, al mundo entero, en nombre de "la belleza". El anhelo de belleza estaba en su colmo, eso era una gran verdad, pero la forma en que pudo aliarse con otros anhelos, y cuáles!, es para mí un misterio. Eso siempre ha sido un misterio, y mil veces me he asombrado de esta facultad que tiene el hombre (y, creo, por excelencia el hombre ruso) de mecer su corazón a una altura sublime y junto a la peor bajeza, y siempre con una absoluta sinceridad. Sobre si esta famosa amplitud de espíritu del ruso, que lo conducirá lejos, es eso, amplitud de espíritu, o si es sencillamente bajeza, la cuestión queda sin dilucidar. Pero dejemos esto. De una manera o de otra, se produjo una calma. Yo había comprendido que era preciso a toda costa volver a estar sano y lo más pronto posible, para comenzar lo más pronto posible a obrar, y por eso decidí vivir higiénicamente, y escuchar al doctor (cualquiera que fuese), aplazando las intenciones belicosas, con una sabiduría extrema (fruto de la amplitud de espíritu) hasta el día de mi salida, es decir, hasta la curación. La forma en que todas las impresiones pacíficas y los disfrutes de aquella calmá pudieran conciliarse con los latidus alarmados y agradablemente dolorosos de mi corazón, ante el presentimiento de las tempestuosas decisiones próximas, to ignoro, pero lo sigo atribuyendo a la "amplitud de espíritu". Sin embargo yo no esperaba la inquietud de otras veces; lo había aplazado todo hasta el término fijado, sin temblar ante el porvenir como antes temblaba, sino en plan de hombre rico, seguro de sus recursos y de sus fuerzas. La arrogancia y el...
7. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo II
Входимость: 1. Размер: 37кб.
Часть текста: un supremo esfuerzo y sacrificar sus últimos recursos solamente para hacer las cosas tan bien como los demás y no dar pábulo a comadreos. También podía ser que Catalina Ivanovna, en aquellos momentos en que su soledad y su infortunio eran mayores, experimentara el deseo de demostrar a aquella "pobre gente" que ella, como hija de un coronel y persona educada en una noble y aristocrática mansión, no sólo sabía vivir y recibir, sino que no había nacido para barrer ni para lavar por las noches la ropa de sus hijos. Estos arrebatos de orgullo y vanidad se apoderan a veces de las más míseras criaturas y cobran la forma de una necesidad furiosa e irresistible. Por otra parte, Catalina Ivanovna no era de esas personas que se aturden ante la desgracia. Los reveses de fortuna podían abrumarla, pero no abatir su moral ni anular su voluntad. Tampoco hay que olvidar que Sonetchka afirmaba, y no sin razón, que no estaba del todo cuerda. Esto no era cosa probada, pero últimamente, en el curso de todo un año, su pobre cabeza había tenido que soportar pruebas especialmente rudas. En fin, también hay que tener en cuenta que, según los médicos, la tisis, en los períodos avanzados de su evolución, perturba las facultades mentales. Las botellas no eran numerosas ni variadas. No se veía en la mesa vino de Madera:...
8. Dostoevsky. Los hermanos Karamazov (Spanish. Братья Карамазовы). Primera parte. Libro III. Los sensuales. Capitulo VI. Smerdiakov
Входимость: 1. Размер: 15кб.
Часть текста: Aliocha encontró a Fiodor Pavlovitch todavía en la mesa. Como de costumbre, la comida se había servido en el salón y no en el comedor. Era la pieza mayor de la casa y estaba amueblada con cierta presunción de estilo añejo. Los muebles, muy antiguos, eran de madera blanca y estaban tapizados con una tela roja, mezcla de seda y algodón. Se veían entrepaños con marcos ostentosos, esculpidos a la moda antigua y de tonos blancos y dorados. En los muros, cuyo blanco empapelado presentaba desgarrones aquí y allá, había dos grandes retratos: uno de un antiguo gobernador de la provincia, y otro de un prelado, fallecido hacia ya mucho tiempo. En el rincón que quedaba enfrente de la puerta de entrada había varios iconos, ante los cuales ardía una lamparilla durante la noche, menos por devoción que por dar luz a la estancia. Fiodor Pavlovitch se acostaba muy tarde, a las tres o a las cuatro de la madrugada. Hasta entonces se paseaba por la casa o se absorbía en sus meditaciones, sentado en su sillón. Esto se había convertido en un hábito. Pasaba muchas noches solo, después de ...
9. Dostoevsky. Crimen y castigo (Spanish. Преступление и наказание). Quinta parte. Capitulo IV
Входимость: 1. Размер: 47кб.
Часть текста: sufrido tanto aquella mañana, que había acogido con verdadera alegría la ocasión de ahuyentar aquellos pensamientos que habían llegado a serle insoportables. Por otra parte, la idea de su inmediata entrevista con Sonia le preocupaba y le colmaba de una ansiedad creciente. Tenía que confesarle que había matado a Lisbeth. Presintiendo la tortura que esta declaración supondría para él, trataba de apartarla de su pensamiento. Cuando se había dicho, al salir de casa de Catalina Ivanovna: " Vamos a ver qué dice ahora Sonia Simonovna", se hallaba todavía bajo los efectos del ardoroso y retador entusiasmo que le había producido su victoria sobre Lujine. Pero --cosa singular- cuando llegó al departamento de Kapernaumof, esta entereza de ánimo le abandonó de súbito y se sintió débil y atemorizado. Vacilando, se detuvo ante la puerta y se preguntó: "Es necesario que revele que maté a Lisbeth?" Lo extraño era que, al mismo tiempo que se hacía esta pregunta, estaba convencido de que le era imposible no sólo eludir semejante confesión, sino retrasarla un solo instante. No podía explicarse la razón de ello,...