Поиск по творчеству и критике
Cлово "UMBRAL"
Входимость: 6. Размер: 53кб.
Входимость: 4. Размер: 33кб.
Входимость: 4. Размер: 57кб.
Входимость: 3. Размер: 54кб.
Входимость: 3. Размер: 58кб.
Входимость: 2. Размер: 44кб.
Входимость: 2. Размер: 33кб.
Входимость: 2. Размер: 67кб.
Входимость: 2. Размер: 11кб.
Входимость: 2. Размер: 31кб.
Входимость: 2. Размер: 56кб.
Входимость: 2. Размер: 49кб.
Входимость: 2. Размер: 42кб.
Входимость: 2. Размер: 23кб.
Входимость: 2. Размер: 15кб.
Входимость: 1. Размер: 37кб.
Входимость: 1. Размер: 23кб.
Входимость: 1. Размер: 36кб.
Входимость: 1. Размер: 14кб.
Входимость: 1. Размер: 38кб.
Входимость: 1. Размер: 28кб.
Входимость: 1. Размер: 25кб.
Входимость: 1. Размер: 44кб.
Входимость: 1. Размер: 20кб.
Входимость: 1. Размер: 40кб.
Входимость: 1. Размер: 49кб.
Входимость: 1. Размер: 45кб.
Входимость: 1. Размер: 39кб.
Входимость: 1. Размер: 55кб.
Входимость: 1. Размер: 35кб.
Входимость: 1. Размер: 52кб.
Входимость: 1. Размер: 48кб.
Входимость: 1. Размер: 68кб.
Входимость: 1. Размер: 31кб.
Входимость: 1. Размер: 47кб.
Входимость: 1. Размер: 36кб.
Входимость: 1. Размер: 23кб.
Входимость: 1. Размер: 22кб.
Входимость: 1. Размер: 27кб.
Входимость: 1. Размер: 26кб.
Входимость: 1. Размер: 44кб.
Входимость: 1. Размер: 30кб.
Входимость: 1. Размер: 12кб.
Входимость: 1. Размер: 36кб.
Входимость: 1. Размер: 37кб.
Примерный текст на первых найденных страницах
Входимость: 6. Размер: 53кб.
Часть текста: suspiros y fuertes voces. El cochero, aturdido, no cesaba de repetir: -Qué desgracia, Señor, qué desgracia! Raskolnikof se abrió paso entre la gente, y entonces pudo ver lo que provocaba tanto alboroto y curiosidad. En la calzada yacía un hombre ensangrentado y sin conocimiento. Acababa de ser arrollado por los caballos. Aunque iba miserablemente vestido, llevaba ropas de burgués. La sangre fluía de su cabeza y de su rostro, que estaba hinchado y lleno de morados y heridas. Evidentemente, el accidente era grave. -Señor! -se lamentaba el cochero-. Bien sabe Dios que no he podido evitarlo! Si hubiese ido demasiado de prisa..., si no hubiese gritado... Pero iba poco a poco, a una marcha regular: todo el mundo lo ha visto. Y es que un hombre borracho no ve nada: esto lo sabemos todos. Lo veo cruzar la calle vacilando. Parece que va a caer. Le grito una vez, dos veces, tres veces. Después retengo los caballos, y él viene a caer precisamente bajo las herraduras. Lo ha hecho expresamente o estaba borracho de verdad? Los caballos son jóvenes, espantadizos, y han echado a correr. Él ha empezado a gritar, y ellos se han lanzado a una carrera ...
Входимость: 4. Размер: 33кб.
Часть текста: Porfirio hablaba en un tono extraño. Y, sobre todo, ese ladino de Zamiotof... Tiene razón: había en él algo raro... Pero por qué, Señor, por qué? -Habrá reflexionado durante la noche. -No; es todo lo contrario de lo que supones. Si les hubiera asaltado esa idea estúpida, lo habrían disimulado por todos los medios, habrían procurado ocultar sus intenciones, a fin de poder atraparte después con más seguridad. Intentar hacerlo ahora habría sido una torpeza y una insolencia. -Si hubiesen tenido pruebas, verdaderas pruebas, o suposiciones nada más que algo fundadas, habrían procurado sin duda ocultar su juego para ganar la partida... O tal vez habrían hecho un registro en mi habitación hace ya tiempo... Pero no tienen ni una sola prueba. Lo único que tienen son conjeturas gratuitas, suposiciones sin fundamento. Por eso intentan desconcertarme con sus insolencias... Obedecerá todo al despecho de Porfirio, que está furioso por no tener...
Входимость: 4. Размер: 57кб.
Часть текста: explicaciones previas, sería imposible saber a qué atenerse. Se trataba de aquel "saco" del que había hablado Tatiana Pavlovna. Consistía en que Ana Andreievna se había arriesgado, por fin, a dar el paso más osado que hubiera sido posible imaginarse en su situación. He ahí verdaderamente un carácter! Aunque el viejo príncipe, bajo pretexto de su delicada salud, hubiese sido confinado en Tsarskoie-Selo, de forma que la noticia de su proyectado casamiento con Ana Andreievna no había podido propagarse por el gran mundo y había sido de momento, por así decirlo, ahogada en germen, el débil anciano, del que se podía concebir todo, no habría consentido jamás, por nada en el mundo, en abandonar su idea y en traicionar a Ana Andreievna, que le había pedido que se casara con ella. En este aspecto era un caballero; tarde o temprano, podría levantarse de repente y poner en ejecución su proyecto con una energía indomable, cosa que sucede tan a menudo, precisamente en los caracteres débiles, porque hay un límite más allá del cual no conviene empujarlos. Además se daba cuenta perfectamente de la situación delicada de Ana Andreievna, a la que respetaba infinitamente, así como de la posibilidad de rumores, burlas y comentarios de mal gusto a cuenta de ella. La que lo calmaba y lo detenía de momento, era únicamente que Catalina Nicolaievna no se había permitido nunca, ni con palabras, ni por alusiones, emitir en su presencia una opinion molesta sobre Ana Andreievna, ni manifestar nada contra su intención de casarse con ella. Por el contrario, testimoniaba una alegría extrema, una extremada atención hacia la novia de su padre. Ana Andreievna ae hallaba por tanto en una situación extremadamente delicada, comprendiendo...
Входимость: 3. Размер: 54кб.
Часть текста: olvidar aquello. Por el contrario, su confesión era "conmovedora", aunque él tuviera que burlarse de ese calificativo, y si a veces contenía elementos cínicos o incluso un poco ridículos, yo era lo bastante ancho de miras para comprender o admitir el realismo, sin, por otra parte, manchar el ideal. Sobre todo, yo había comprendido por fin a aquel hombre y estaba un poco molesto y despechado por el hecho de que hubiera sido una cosa tan sencilla: a aquel hombre yo lo había instalado siempre en mi corazón, a una altura extrema, en las nubes; me era preciso absolutamente revestir su destino de misterio, y deseaba, como es natural, que ese misterio no se descubriese de una manera tan fácil. Por otra parte, en su encuentro con ella y en sus dos años de sufrimiento, había también bastantes cosas complicadas: "él no había querido la fatalidad; el tenía necesidad de libertad, y no de la servidumbre del destino; era esa servidumbre del destino lo que lo había obligado a ofender a mamá, que lo esperaba en Koenigsberg... Además, ese hombre, en todo caso, era para mí un predicador: llevaba en su corazón la edad de oro y conocía el porvenir del ateísmo. Pues bien, su encuentro con ella lo había roto todo, todo lo había deformado! Oh!, desde luego, yo no la traicioné, pero sin embargo tomé...
Входимость: 3. Размер: 58кб.
Часть текста: VIII I Toda aquella noche me la pasé soñando con la ruleta, con el juego, con el oro, con los arreglos de cuentas. Calculaba, como frente a una mesa de juego, las posturas y las oportunidades, y durante toda la noche aquello fue como una especie de pesadilla abrumadora. Diré la verdad: en todo el día anterior, a pesar de mis impresiones extraordinarias, no podía menos que acordarme una y otra vez de mis ganancias en casa de Zerchtchikov. Expulsaba la idea, pero no podía rechazar la impresión, y me estremecía a cada recuerdo. Aquella ganancia me había mordido en el corazón. Habría -nacido yo jugador? Por lo menos, sí era probable que tuviese las cualidades ser jugador. Incluso hoy día, al escribir estas líneas, me gusta a veces pensar en el juego. Me sucede en ocasiones pasarme horas enteras, en silencio, haciendo cálculos de juego y viéndome en sueños apostando y ganando (101). Sí, tengo "cualidades" muy diversas, y mi alma no está tranquila. Tenía el proyecto de ir a las diez a casa de Stebelkov, a pie. Despedí a Matvei en cuanto se presentó. Mientras me bebía mi café, trataba de examinar las cosas. Estaba contento; al entrar por un instante en mí mismo, adiviné que estaba contento sobre todo porque "hoy estaría en casa del príncipe Nicolás ...
Входимость: 2. Размер: 44кб.
Часть текста: a aquellas viejas historias de lo ocurrido en el extranjero, etc.). Además, el príncipe le había dado su palabra de asignarle por lo menos un tercio de la herencia, lo que vendría a representar unos veinte mil rublos. Me acuerdo de que me pareció muy raro que no le asignase más que un tercio y no la mitad; pero no dije nada. Aquella promesa la había dado el príncipe por su propia iniciativa; Versilov no había pronunciado la menor palabra ni aventurado la más mínima alusión; el príncipe mismo fue quien dio los primeros pasos, y Versilov admitió la cosa en silencio y no volvió a mencionarla nunca; jamás mostró acordarse en forma alguna de la promesa. Diré de paso quc el príncipe, al principio, se mostró totalmente encantado con él, en particular con sus discursos; llegó incluso a entusiasmarse y me lo dijo en varias ocasiones. Exclamaba a veces, a solas conmigo y casi con desesperación, que era "tan inculto, que llevaba un camino tan equivocado...". La verdad es queéramos entonces tan amigos... ! Por mi parte me esforzaba en hacer que Versilov adquiriera una buena...
Входимость: 2. Размер: 33кб.
Часть текста: recibe la llamada del Señor, el hermano designado por la comunidad frota su cuerpo con agua tibia, después de trazar con una esponja una cruz en su frente, otra en su pecho, una en cada mano, otras dos en sus pies y dos también en sus rodillas. Y nada más. a El padre Paisius se encargó de esta operación. Después puso al difunto el hábito monástico y otra vestidura ritual, rasgándola, como está prescrito, en forma de cruz. En la cabeza se le ajustó un capuchón en cuya cúspide había una cruz de ocho brazos, se cubrió su cara con un velo negro y se le puso en las manos una imagen del Salvador. Una vez vestido así el cadáver, se le colocó, aquella misma mañana, en un féretro que estaba construido desde hacia mucho tiempo. Se decidió dejarlo todo el día en la gran cámara que se utilizaba como salón. Como el difunto tenía la categoría ieroskhimonakh , había que leer no el salterio, sino el Evangelio. Después de la ceremonia fúnebre, el padre José empezó la lectura. El padre Paisius, que quería sustituirle en seguida para el resto de la jornada y para toda la noche, estaba en aquel momento tan atareado como el superior de la ermita. Entre los monjes y los laicos que acudieron en masa se advirtió una agitación inaudita, incluso inconveniente, una actitud de espera febril. El superior y el padre Paisius hacían todo lo posible para calmar los espíritus sobreexcitados. Cuando la claridad del día lo permitió, se vio llegar a los fieles, transportando a sus enfermos, casi todos niños. Esperaban una curación inmediata, y su fe les decía que el milagro iba a producirse sin duda...
Входимость: 2. Размер: 67кб.
Часть текста: tono, yo había borrado todo lo que había de ridículo en mi posición. Pero no tuve tiempo de pensar largamente en todo aquello: mi cerebro estaba ocupado por Kraft. No es que me atormentase mucho, pero a pesar de todo yo estaba conmovido hasta el fondo del alma; y hasta el punto de que el sentimiento ordinario de placer que experimentan los hombres en presencia de la desgracia del prójimo, por ejemplo cuando alguien se rompe una pierna, pierde el honor, se ve privado de un ser querido, etc., aquel mismo sentimiento ordinario de innoble satisfacción cedía en mí enteramente a otro sentimiento, a una sensación extremadamente imperiosa, a la pena, al dolor... si es que aquello era el dolor, lo ignoro... en todo caso a un sentimiento extremadamente poderoso y bueno. Y por aquello también estaba yo contento. Es asombrosa la multitud de ideas extrañas que pueden atravesarle a uno el espíritu precisamente cuando se está sacudido por alguna noticia colosal que debería, parece, ahogar los demás sentimientos y dispersar todas las ideas extrañas, sobre todo las ideas sin importancia; ahora bien, son éstas, por el contrario, las que se presentan. Me acuerdo de eso todavía; me vi cogido poco a poco por un temblor nervioso bastante sensible, que duró aigunos minutos a incluso todo el tiempo que permanecí en casa para explicarme con Versilov. Aquella explicación tuvo lugar en circunstancias...
Входимость: 2. Размер: 11кб.
Часть текста: Iliucha CAPITULO VII ILIUCHA El doctor se dirigió a la puerta de la isba, bien envuelto en su abrigo y con el gorro encasquetado. En su semblante se reflejaba una contrariedad que estaba muy cerca de la indignación. Se diría que temía mancharse. Paseó una mirada por el vestíbulo y la detuvo un momento, severamente, sobre Kolia y Aliocha. Éste hizo una seña al cochero, que acercó el coche a la puerta. El capitán salió, presuroso, detrás del médico y, doblando la espalda, murmurando excusas, lo detuvo para hacerle las últimas preguntas. El infeliz estaba profundamente abatido; en su mirada se leía la desesperación. -Es posible, excelencia, es posible? No pudo continuar. Había enlazado las manos con un gesto de imploración y fijaba en el médico una mirada de súplica, como si una palabra de éste bastase para cambiar la suerte de su pobre hijo. -Yo no puedo hacer nada -repuso el doctor, indiferente y con su habitual gravedad-. Yo no soy Dios. -Doctor...,...
Входимость: 2. Размер: 31кб.
Часть текста: V CAPÍTULO V Era un caballero de cierta edad, movimientos pausados y fisonomía reservada y severa. Se detuvo en el umbral y paseó a su alrededor una mirada de sorpresa que no trataba de disimular y que resultaba un tanto descortés. "Dónde me he metido?", parecía preguntarse. Observaba la habitación, estrecha y baja de techo como un camarote, con un gesto de desconfianza y una especie de afectado terror. Su mirada conservó su expresión de asombro al fijarse en Raskolnikof, que seguía echado en el mísero diván, vestido con ropas no menos miserables, y que le miraba como los demás. Después el visitante observó atentamente la barba inculta, los cabellos enmarañados y toda la desaliñada figura de Rasumikhine, que, a su vez y sin moverse de su sitio, le miraba con una curiosidad impertinente. Durante más de un minuto reinó en la estancia un penoso silencio, pero al fin, como es lógico, la cosa cambió. Comprendiendo sin duda -pues ello saltaba a la vista que su arrogancia no...