Поиск по творчеству и критике
Cлово "DIA"
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Часть текста: habría podido muy bien y casi literalmente estar afiliado a esas innobles bandas de pequeños intrigantes que se asocian con objeto de lo que hoy se llama "chantage" y que caen ahora bajo el peso de ciertas definiciones y penas del código. La banda en la que participaba Lambert se había formado en Moscú y había cometido ya allí no pocas fechorías (posteriormente fueron descubiertas en parte). Supe después que en Moscú habían tenido, durante algún tiempo, a un dirigente extraordinariamente experimentado y no tonto del todo, un hombre ya maduro. Ejecutaban sus empresas, bien toda la banda junta, bien por grupos. Al lado de cosas extremadamente sucias a indecibles (de las que por otra parte se ha hablado en los periódicos), se entregaban también a empresas bastante complicadas a incluso muy sabias, bajo la dirección de su jefe. Me he enterado de algunas de ellas luego, pero no entraré en detalles. Mencionaré solamente que el rasgo más caracteristico de su actividad consistía en descubrir los secretos de hombres a veces muy honrados y colocados en alta posición; tras de lo cual, iban a visitar a esos personajes y los amenazaban con publicar ciertos documentos (que a veces no poseian en absoluto), reclamando dinero para seguir callando. Hay cosas que no son reprensibles y que de ninguna manera son criminales, pero cuya publicación teme el hombre más honrado y más firme. La mayoría de las veces explotaban secretos de familia. Para mostrar con qué habilidad operaba a veces su jefe, contaré, sin ningún detalle, y, en tres líneas, uno de sus desaguisados. En una casa muy honorable se había producido un acto realmente lastimoso ...
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Часть текста: creo, el primer día de mi llegada. Era demasiado grosero, y casi me vi obligado a protestar. El sitio estába en casa del viejo príncipe Sokolski. Pero protestar inmediatamente habría sido romper de golpe con ellos, lo que no me asustaba en lo más mínimo, pero era contrario a mis objetivos esenciales. Así, pues, acepté la colocación, esperando, sin decir palabra; defender mi dignidad con mi silencio. Diré ahora mismo que este príncipe Sokolski, rico y consejero privado (12), no era en forma alguna pariente de los príncipes Sokolski de Moscú (miserables desde hacía varias generaciones) con los que Versilov estaba enfrentado en aquel proceso. Lo único que tenían de semejante era el apellido. Sin embargo, el viejo príncipe se interesaba mucho por ellos y quería de uná manera muy especial a uno de ellos, el jefe por así decirlo de la familia, un oficial joven. Versilov, hasta hacía poco, había tenido una influencia inmensa en los asuntos de aquel viejo y era su amigo, un amigo muy singular, puesto que aquel pobre príncipe, según he podido darme cuenta, le tenía un miedo terrible, no solamente en la época que entré a su servicio, sino también, creo, en todo el tiempo que duró aquella amistad. Por lo demás, desde hacía tiempo, ya no se veían; el acto deshonroso del...
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Часть текста: de mi estado mental; si el lector supiese en qué consistía, no querría creerlo. Conviene más que esto resalte más tarde por los hechos. Mientras tanto, diré solamente esto: que el lector se acuerde de un alma de araña (118). Y de esto, de la habitación desde la que quería abandonarlos y, con ellos, al mundo entero, en nombre de "la belleza". El anhelo de belleza estaba en su colmo, eso era una gran verdad, pero la forma en que pudo aliarse con otros anhelos, y cuáles!, es para mí un misterio. Eso siempre ha sido un misterio, y mil veces me he asombrado de esta facultad que tiene el hombre (y, creo, por excelencia el hombre ruso) de mecer su corazón a una altura sublime y junto a la peor bajeza, y siempre con una absoluta sinceridad. Sobre si esta famosa amplitud de espíritu del ruso, que lo conducirá lejos, es eso, amplitud de espíritu, o si es sencillamente bajeza, la cuestión queda sin dilucidar. Pero dejemos esto. De una manera o de otra, se produjo una calma. Yo había comprendido que era preciso a toda costa volver a estar sano y lo más pronto posible, para comenzar lo más pronto posible a obrar, y por eso decidí vivir higiénicamente, y escuchar al doctor (cualquiera que fuese), aplazando las intenciones belicosas, con una sabiduría extrema (fruto de la amplitud de espíritu) hasta el día de mi salida, es decir, hasta la...
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Часть текста: sabemos eso - se me dirá -; no es novedad ninguna. En Alemania, cada "Vater" se lo repite a sus hijos. Y sin embargo su Rothschild de usted (el difunto James Rothschild, de París, al que me refiero) ha sido siempre único, mientras que hay millones de "Vater". Responderé: -Ustedes aseguran que ya lo saben. Pues bien, no saben absolutamente nada. Existe un punto sin embargo en el que ustedes tienen razón: si he dicho que es una cosa "infinitamente simple", me he olvidado de añadir que es también la más difícil. Todas las religiones y todas las morales del mundo se reducen a esto: "Hay que amar la virtud y huir del vicio." Cómo, parece que haya nada más sencillo? Pues bien, haced algo virtuoso, huid de uno solo cualquiera de vuestros vicios, ensayadlo un poco! Todo consiste en eso. He aquí por qué vuestros innumerables "Vater", durante una infinidad de siglos, pueden repetir esas dos palabras asombrosas en las que estriba todo el secreto, mientras que sin embargo Rothschild sigue siendo único. Por tanto, no se trata de éso en absoluto, y los "Vater" no repiten en modo alguno el pensamiento que sería necesario. En cuanto a la terquedad y a la continuidad, sin duda alguna, también ellos han oído hablar de eso; pero, para llegar a mi objetivo, no es la terquedad de los "Vater" ni la continuidad de los " Vater" la que hace falta. Esta sola palabra de "Vater" - y no hablo...
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Часть текста: Todo el tiempo que Fecla tardó en poner la leña y encender el fuego, paseé por mi habitacioncita a grandes zancadas, sin iniciar la conversación y hasta evitando mirar a Lisa. La criada maniobraba con una lentitud indecible, adrede, como hacen todas las criadas en semejantes casos, cuando notan que a los amos les molesta hablar delante de ellas. Lisa estaba sentada sobre la mesa delante de la ventana y me seguía con la mirada. -El café se te va a enfriar - dijo de repente. La miré: ni la más mínima turbación, una calma perfecta, e incluso una sonrisa en los labios. "He aquí cómo son las mujeres", pensé, encogiéndome de hombros. Por fin la criada terminó de encender la estufa y empezó a arreglar la habitación. Pero la despedí enérgicamente y cerré la puerta con llave. -Quieres hacer el favor de decirme por qué has cerrado la puerta? - preguntó Lisa. Me planté delante de ella. -Lisa!, cómo has podido creer que ibas a engáñarme de semejante manera? - exclamé de improviso, sin haber pensado lo más mínimo que empezaría así. Esta vez no fueron las lágrimas, sino un sentimiento casi malvado lo que me atravesó súbitamente el corazón, tanto que ni siquiera yo me lo esperaba. Lisa se...
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Часть текста: en casa de mi madre, y era a pesar de todo una desconocida. La mitad de mis disposiciones generosas se desvanecieron de golpe. Es asombroso lo rápido y cambiante que soy en tales ocasiones: basta una mota de polvo o un cabello para disipar mi buen humor y reemplazarlo por el malo. Y por desgracia mis malas impresiones son menos rápidas en dispersarse, aunque yo no sea rencoroso. Cuando entré, me di cuenta de que mi madre acababa de interrumpir en aquel instante y a toda prisa el hilo de su conversación, por lo visto muy animada, con Tatiana Pavlovna. Mi hermana había vuelto del trabajo apenas un minuto antes que yo y aún no había salido de su habitación. Aquel partido se componía de tres habitaciones: aquella en la que todo el mundo se reunía según la costumbre, la habitación del medio o salón, era bastante espaciosa y hasta conveniente. Se veían allí divanes rojos y blandos, por lo demás pasablemente usados (Versilov no soportaba las fundas), algunos tapices, varias mesas veladores inútiles. Seguidamente, a la derecha, se abría el cuarto de Versilov, estrecho y exiguo, con una sola ventana; había allí una miserable mesa de escritorio sobre la que se arrastraban varios libros abandonados y papeles olvidados, y delante de la mesa un no menos lastimoso sillón blando, cuyos muelles rotos apuntaban al aire, lo que con frecuencia hacía gemir y jurar a Versilov. En aquel mismo gabinete era donde se le preparaba la cama en un diván blando a igualmente usado; él detestaba aquel gabinete y, según creo, no se servía jamás de él, prefiriendo quedarse sin hacer nada en el salón durante horas enteras. A la izquierda del salón se encontraba un cuartito exactamente idéntico, ...
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Часть текста: demás si quería ir a alguna parte. Tenía mucho calor y de vez en cuando me abría mi pesada pelliza de tejón. "En lo sucesivo ninguna acción, me parecía en aquel momento, puede tener objeto alguno." Cosa extraña: me parecía sin cesar que todo, alrededor de mí, incluso el aire que respiraba, pertenecía a otro planeta, como si de pronto me hubiese trasladado a la Luna. Todo, la ciudad, los transeúntes, la acera sobre la que corría, todo aquello no tenía nada que ver conmigo. "Esto es la plaza de los Palacios; esto es San Isaac - me decía yo -, pero ahora no tengo nada que ver con ellos." Todo se había hecho desconocido, todo había cesado bruscamente de ser para mí. "Yo tenía a mamá, a Lisa; pues bien, qué me importan ahora Lisa y mamá? Todo se ha acabado, todo ha llegado de repente al fin, excepto una cosa: que soy un ladrón para toda la eternidad." "Cómo demostrar que no soy un ladrón? Es posible, ahora? Marcharme a América? Y bien, qué demostraré con eso? Versilov será el primero en creer que he robado. "La idea"? Qué "idea"? Qué es ahora "la idea"? Dentro de...
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Часть текста: que no fueron del todo ordinarios. Para mí, sin embargo, lo más prodigioso fue mi propia actitud ante estas peripecias. Hasta ahora no he logrado comprenderme a mí mismo! Todo ello pasó flotando como un sueño, incluso mi pasión, que fue pujante y sincera, pero... qué ha sido ahora de ella? Es verdad que de vez en cuando cruza por mi mente la pregunta: "No estaba loco entonces? No pasé todo ese tiempo en algún manicomio, donde quizá todavía estoy, hasta tal punto que todo eso me pareció que pasaba y aun ahora sólo me parece que pasó?". He recogido mis cuartillas y he vuelto a leerlas (quién sabe si las escribí sólo para convencerme de que no estaba en una casa de orates?). Ahora me hallo enteramente solo. Llega el otoño, amarillean las hojas. Estoy en este triste poblacho (oh, qué tristes son los poblachos alemanes!), y en lugar de pensar en lo que debo hacer en adelante, vivo influido por mis recientes sensaciones, por mis recuerdos aún frescos, por esa tolvanera aún no lejana que me arrebató en su giro y de la cual acabé por salir despedido. -A veces se me antoja que todavía sigo dando vueltas en el torbellino, y que en cualquier momento la tormenta volverá a cruzar rauda, arrastrándome consigo, que perderé una vez más toda noción de orden, de medida, y que seguiré dando vueltas y vueltas y vueltas... Pero pudiera echar raíces en algún sitio y dejar de dar vueltas si, dentro de lo posible, consigo explicarme cabalmente lo ocurrido este mes. Una vez más me atrae la pluma, amén de que a veces no tengo otra cosa que hacer durante las veladas. Cosa rara! Para ocuparme en algo, saco prestadas de la mísera biblioteca de aquí las novelas ...
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Часть текста: una cierta ligereza y la especie de altivez con las que, me acordaba, había escuchado la víspera ciertos pasajes de su "confesión". A veces había sido desordenada, algunas revelaciones eran un tanto vagas y hasta incoherentes; pero se había él preparado para un discurso de orador cuando me invitó a su casa? Sólo me había hecho un gran honor al dirigirse a mí como a su único amigo en un momento semejante, y jamás yo podría olvidar aquello. Por el contrario, su confesión era "conmovedora", aunque él tuviera que burlarse de ese calificativo, y si a veces contenía elementos cínicos o incluso un poco ridículos, yo era lo bastante ancho de miras para comprender o admitir el realismo, sin, por otra parte, manchar el ideal. Sobre todo, yo había comprendido por fin a aquel hombre y estaba un poco molesto y despechado por el hecho de que hubiera sido una cosa tan sencilla: a aquel hombre yo lo había instalado siempre en mi corazón, a una altura extrema, en las nubes; me era preciso absolutamente revestir su destino de misterio, y deseaba, como es natural, que ese misterio no se descubriese de una manera tan fácil. Por otra parte, en su encuentro con ella y en sus dos años de sufrimiento,...
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Часть текста: antiguos, eran de madera blanca y estaban tapizados con una tela roja, mezcla de seda y algodón. Se veían entrepaños con marcos ostentosos, esculpidos a la moda antigua y de tonos blancos y dorados. En los muros, cuyo blanco empapelado presentaba desgarrones aquí y allá, había dos grandes retratos: uno de un antiguo gobernador de la provincia, y otro de un prelado, fallecido hacia ya mucho tiempo. En el rincón que quedaba enfrente de la puerta de entrada había varios iconos, ante los cuales ardía una lamparilla durante la noche, menos por devoción que por dar luz a la estancia. Fiodor Pavlovitch se acostaba muy tarde, a las tres o a las cuatro de la madrugada. Hasta entonces se paseaba por la casa o se absorbía en sus meditaciones, sentado en su sillón. Esto se había convertido en un hábito. Pasaba muchas noches solo, después de haber despedido a los criados, pero esta soledad era relativa, pues Smerdiakov, su sirviente, solía dormir en la antesala, echado sobre un largo arcón. Al presentarse Aliocha, la comida llegaba a su fin: se habían servido ya los dulces y el café. A Fiodor Pavlovitch le gustaban las golosinas, acompañadas de coñac, después de las comidas. En aquel momento, Iván estaba tomando el café con su padre. Los sirvientes Grigori y Smerdiakov permanecían al lado de la mesa. Señores y criados...